Thursday, May 15, 2008
Esto salió publicado en la revista Viajes de La Tercera, el fin de semana recién pasado.
No había tenido tiempo para traspasarlo, pero apenas pude lo hice, me parece que interpreta de alguna forma el porque siempre me he sentido tan orgullosa de ser de Chillán... aunque no haya nacido allá.
La Otra Mirada por Luis Alberto Ganderats
ÑUBLENSES, CHILLANENSES Y LA FAMA
Me temo que con estas líneas que vienen el lector va a desenterrar más preguntas que respuestas. Difícil es llegar a saber por qué coincidieron en Ñuble las cunas de personajes que se ganaron, como O'Higgins y Prat, el derecho de dar sus nombres a las principales calles de Chile; o como Merino Benítez, a nuestro principal aeropuerto; como Claudio Arrau y Ramón Vinay, que hicieron retumbar el nombre de nuestro país en la mejor interpretación del planeta; como Violeta Parra y Víctor Jara, en la música más universal del sentimiento, cantados por Serrat y Mercedes Sosa; como Nicanor Parra, que puso en la historia de la literatura el guiño genial de la anti-poesía; como los artistas Marta Colvin, que llenó los barrios de Francia con sus esculturas, y Pacheco Altamirano, que con sus pinceles inventó Angelmó; como los políticos José Tohá, Volodia Teitelboim y Santiago Labarca, separados en el tiempo, cercanos por la escritura y el pensamiento. Hay una muchedumbre de otros ñublenses con gloria: el popular "Tío" Lalo Parra y el sargento Aldea; los narradores Marta Brunet y Mariano Latorre; el escultor Virginio Arias, que dio imagen al Roto Chileno; el investigador del folclor Oreste Plath, y el actor Nelson Villagra, protagonista de El Chacal de Nahueltoro.
¿Por qué horizontes tan amplios en la estrechez de una provincia?. Hay misterios que sólo aumentan cuando se tratan de explicar. Es lo que dice Cortázar en Rayuela. Y no intentaremos entender aquí lo que quizá puede explicar el azar. Este mes, por primera vez en su historia, uno de los equipos deportivos de Ñuble ha llegado limpiamente a nivel continental, ganando un lugar en la Copa Sudamericana de Fúbtol.
Fue precisamente por su alegre hazaña que nos acordamos hoy de la provincia. Nos habíamos acostumbrado a verla como tierra del gran esquí y de las termas; de sustancias, longanizas y mercados olorosos; de cacharros de Quinchamalí, músicos de Huambaly, de maderas junto al río Cholguán. Una provincia habitada por buenas personas, tal vez porque su tierra ha sido generosa en la comida, aun con los pobres. O porque el terremoto de 1939 produjo un impulso solidario que nunca se ha secado entre los chillanejos (o chillanenenses, como algunos prefieren). Hace años, conversando con Alfonso Lagos, Premio Nacional de Periodismo, le costó identificar una limitación: "Hay en la gente un cierto complejo de modestia, de apequeñamiento".
El Club Ñublense sale hoy a borrar ese apequeñamiento. Y en el pueblo de Yungay me desmintieron, esa vez, el complejo de modestia. Almorcé en el... Hilton Grill, atendido por un garzón que llevaba una leyenda University of Ireland. Ñuble ya tenía hambre internacional.
No había tenido tiempo para traspasarlo, pero apenas pude lo hice, me parece que interpreta de alguna forma el porque siempre me he sentido tan orgullosa de ser de Chillán... aunque no haya nacido allá.
La Otra Mirada por Luis Alberto Ganderats
ÑUBLENSES, CHILLANENSES Y LA FAMA
Me temo que con estas líneas que vienen el lector va a desenterrar más preguntas que respuestas. Difícil es llegar a saber por qué coincidieron en Ñuble las cunas de personajes que se ganaron, como O'Higgins y Prat, el derecho de dar sus nombres a las principales calles de Chile; o como Merino Benítez, a nuestro principal aeropuerto; como Claudio Arrau y Ramón Vinay, que hicieron retumbar el nombre de nuestro país en la mejor interpretación del planeta; como Violeta Parra y Víctor Jara, en la música más universal del sentimiento, cantados por Serrat y Mercedes Sosa; como Nicanor Parra, que puso en la historia de la literatura el guiño genial de la anti-poesía; como los artistas Marta Colvin, que llenó los barrios de Francia con sus esculturas, y Pacheco Altamirano, que con sus pinceles inventó Angelmó; como los políticos José Tohá, Volodia Teitelboim y Santiago Labarca, separados en el tiempo, cercanos por la escritura y el pensamiento. Hay una muchedumbre de otros ñublenses con gloria: el popular "Tío" Lalo Parra y el sargento Aldea; los narradores Marta Brunet y Mariano Latorre; el escultor Virginio Arias, que dio imagen al Roto Chileno; el investigador del folclor Oreste Plath, y el actor Nelson Villagra, protagonista de El Chacal de Nahueltoro.
¿Por qué horizontes tan amplios en la estrechez de una provincia?. Hay misterios que sólo aumentan cuando se tratan de explicar. Es lo que dice Cortázar en Rayuela. Y no intentaremos entender aquí lo que quizá puede explicar el azar. Este mes, por primera vez en su historia, uno de los equipos deportivos de Ñuble ha llegado limpiamente a nivel continental, ganando un lugar en la Copa Sudamericana de Fúbtol.
Fue precisamente por su alegre hazaña que nos acordamos hoy de la provincia. Nos habíamos acostumbrado a verla como tierra del gran esquí y de las termas; de sustancias, longanizas y mercados olorosos; de cacharros de Quinchamalí, músicos de Huambaly, de maderas junto al río Cholguán. Una provincia habitada por buenas personas, tal vez porque su tierra ha sido generosa en la comida, aun con los pobres. O porque el terremoto de 1939 produjo un impulso solidario que nunca se ha secado entre los chillanejos (o chillanenenses, como algunos prefieren). Hace años, conversando con Alfonso Lagos, Premio Nacional de Periodismo, le costó identificar una limitación: "Hay en la gente un cierto complejo de modestia, de apequeñamiento".
El Club Ñublense sale hoy a borrar ese apequeñamiento. Y en el pueblo de Yungay me desmintieron, esa vez, el complejo de modestia. Almorcé en el... Hilton Grill, atendido por un garzón que llevaba una leyenda University of Ireland. Ñuble ya tenía hambre internacional.

